domingo, 6 de noviembre de 2016

Verdades

Cuando uno decide buscar las verdades sobre algún tema en particular, se da cuenta que la tiene bastante complicada. Por cada tópico existieron y existen miles de investigadores con sus respectivos aportes, algunos parecidos entre sí y otros completamente distintos. Para descubrir la verdad de algo lo que te queda es investigar todo de cero (algo que creo que no conviene) o partir de otras investigaciones para sacar tus propias conclusiones (basándose de varios autores si es posible). A continuación quiero hacer algunas recomendaciones para los teólogos aficionados basándome en lo que se me ocurrió a mi que puede llegar a ser útil para elaborar una investigación teológica.

Para investigar sobre los textos sagrados creo que lo ideal sería aprender el idioma en el que fue originalmente escrito, por ejemplo: hebreo y arameo para leer la Torá y la Tanaj, también conocidos como el Antiguo Testamento en el cristianismo y griego para leer los textos del Nuevo Testamento, en su formato original. Pero por falta de tiempo y recursos lo que nos queda es confiar en las traducciones y tener más de una si es posible para poder comparar y así captar el verdadero mensaje. Para los que están interesados (como yo) en las traducciones al español de la biblia, pueden mirar un poco en la Wikipedia haciendo clic aquí.

Otra cosa que hay que tener en cuenta para la investigación es de dónde vienen las fuentes. El común de la gente considera como verdad absoluta las publicaciones que encuentran en su muro de Facebook y no verifica si la información procede de alguna entidad seria o de algún bromista que se quiere aprovechar de esta ignorancia generalizada. Y si uno se basa en fuentes de información serias, tiene que verificar qué corriente de pensamiento manejan. Actualmente en mi país (Argentina) hay algo así como dos facciones políticas: el Kirchnerismo y el Anti-Kirchnerismo; y si uno quiere saber sobre el accionar sobre alguna de las figuras de los partidos tiene que tener en cuenta que hay medios que hablan bien de un bando y mal del otro y viceversa, siempre exagerando los atributos positivos y negativos. Con los textos sagrados tenemos que tener la misma precaución, por ejemplo: el escritor Zecharia Sitchin publicó su propia versión de los textos de las tablillas sumerias que, si bien resulta bastante interesante leerlos, no proporciona datos fidedignos. Cuando queremos estudiar los textos judeocristianos tenemos que tomar en cuenta de qué dogma proceden. El cristianismo protestante, por ejemplo, no acepta siete libros y partes de otros dos, que el catolicismo si acepta y así mismo los ortodoxos etíopes aceptan muchos otros libros más que los católicos no aceptan.

Retrato de Cesar Borgia
que se asemeja a la imagen
popular de Jesucristo.
También hay que considerar el desprendimiento de todos los saberes populares. Como ejemplo de esto está el tema del fruto del Edén que comieron Adán y Eva, que todos piensan que fue una manzana cuando en ningún momento se menciona qué era, o la idea de que Jesús era rubio de ojos celestes cuando no se dan descripciones físicas en la biblia (o por lo menos no las encontré todavía), o la idea de que los querubines son bebes con alas cuando en realidad, según las descripciones bíblicas, son seres con cuatro caras (de hombre, de león, de toro y de águila), cuatro alas y pies de becerro. Ideas que se popularizaron en la época del renacimiento debido a las obras de arte y los conceptos poéticos y de belleza de aquel entonces. También me parece interesante mencionar al actor Robert Powell que interpretó a Jesús en una película del año 1977 que fue considerado como la imagen oficial del hijo de Dios (hoy reemplazada por la imagen del actor James Caviezel) y que hasta el día de hoy se sigue usando en algunas iglesias.

El avión de flores. Ilustración
del libro Chitra Ramaiana.
Por último, no hay que olvidarse del contexto en el que fue escrito cada texto, lo que incluye: la realidad histórica, el idioma en el que fue escrito (lo que puede llevar a distintas formas de traducciones) y todas las posibles características del autor (a menos que no se sepa quién fue). Hay muchas descripciones en los escritos que pueden variar de acuerdo a la época, por ejemplo, en el hinduismo sobre todo, se narran palacios o carruajes voladores que el observador actual lo describiría como auténticas naves espaciales.

Sin más que agregar (por ahora) me despido de ustedes (sean quienes sean) y que el Dios de dioses los bendiga.

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